Ahora que vengo llegando de Palermo, Argentina del Encuentro de Diseño, me pongo a pensar lo maravilloso que es estar en un lugar “nuevo” es decir en uno que practicamente no has estado, (o lo que es lo mismo que estuviste hace 16 años) Glup!!. La combinación de adrenalina desatada por el “mantenerte pendiente”, cuidando de lo que puede ocurrir; El poner tus“antenitas” al aire, pendiente de lo que ocurre, y la sensación constante de estar perdido o tener que ubicar tu posición para que sepas por donde vas; Todo esto te permite percibir el mundo de otra manera y esos ojos “recién estrenados” se dedican a ver lo ordinario como algo extraordinario.
Me fije en muchas cosas en la gente, los lugares y siempre les buscaba un parecido se parece a… Bucktown de Chicago, la calle de Reforma en México, Ciertas calles de La Condesa y La Roma. Hasta la gente, aunque nunca la hayas visto, tratas de encontrarle cierto parecido con lo familiar; Por ejemplo al Decano de la carrera de la UP, le encontré cierto parecido con el pediatra de mis hijas.
En fin, de todo lo que ví les iré contando poco a poco, en particular llamó mi atención un objeto muy ordinario en Buenos Aires supongo, El tableros de los edificios para tocar el timbre en la entrada Los Interfones . El caso es que me llamaron la atención porque no son tan comunes en México, están hechos de un dorado muy pulido (tipo latón, aunque solo estoy adivinando pues no tengo idea del material) algunos procuran siempre estar muy pulidos por el conserje y hasta se ve en las orillas la pasta de pulir que casi petrificado de tantos años. Tienen la retícula de disposición de números o letras de cada departamento resuelta de manera similar, aunque por un momento te cuesta trabajo saber como funcionan o donde ubicar el departamento al que vas a timbrar. Las bocinas de comunicación no son todas las mimas, reflejan figuras muy originales, demostrando la constante búsqueda del creador de las piezas a querer siempre diferente del otro, o resaltar en algo único que lo distinga. Me pareció un buen ejercicio el ir tomando fotos de los mismos en diferentes lugares, aunque la única interacción real que tuve con ellos fue con un timbre común y corriente de la casa de un porteño al que visité.
Disfruten.
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